Que quizás cuando me enfado
voy a más y más y
me pongo peor. Ahora imagina
lo difícil que me lo pones si no
me escuchas, si siempre evitas
admitir que tengo la razón en
mucha cosas, incluso evitas
admitírtelo a ti mismo. Imagina
como me siento cuando soy
tu asignatura más tediosa a
estudiar. Cuando te
centras en lo tuyo sólo y no
levantas la cabeza para ver qué
pasa conmigo, o con nosotros.
Y que sí, quizás te falte tiempo
para ti mismo, pero para
plantearte asuntos diferentes
a los que crees, pensar si
estás haciendo bien.
No sólo estás tú, en nosotros.